Discurso del Presidente Federal, Christian Wulff, con ocasión del banquete de Estado, ofrecido por el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Excmo. Sr. D. Felipe Calderón, el 2 de mayo de 2011en la Ciudad de México, México

Schwerpunktthema: Rede

Mexiko-Stadt, Mexiko, , 2. Mai 2011

Bundespräsident Christian Wulff bei seiner Ansprache

Änderungen vorbehalten. Es gilt das gesprochene Wort.

El hecho de que mi primera visita a América Latina como Presidente Federal me traiga a México me llena de una alegría muy especial. Al cabo de tan solo un día en su hermosísimo país, mi esposa, nuestra delegación y yo nos sentimos entre amigos. No podemos sino corroborar el dicho: “¡Como México no hay dos!”

Nuestros dos países tienen a sus espaldas una larga tradición común. Fue Alexander von Humboldt quien por primera vez reportó con detalle sobre México en Alemania. Como ciudadano del mundo y precursor de la globalización, Humboldt tendió un puente entre nuestras naciones. Y ya en la temprana fecha de 1831 México y Prusia concluyeron un tratado de amistad, navegación y comercio.

Posteriormente, en los años treinta y cuarenta del siglo pasado, México acogió a gran número de europeos perseguidos y, asimismo, de exiliados de lengua alemana. Precisamente ellos encarnaban la otra Alemania, la Alemania libre y democrática. En representación de tantos otros, baste mencionar aquí al historiador del arte Paul Westheim y a la escritora Anna Seghers.

Nuestras relaciones actuales son estrechas y amistosas. Se sustentan en la confianza recíproca y una gran lealtad. Animados por este espíritu, cooperamos tanto a nivel bilateral como multilateral.

Por su situación geográfica, su peso político y su importancia económica, su país está especialmente capacitado para actuar como tendedor de puentes. México constituye el nexo de unión entre Norteamérica y América Latina, entre los países ribereños del Atlántico y del Pacífico, entre los países industrializados y los países en vías de desarrollo. Asume su protagonismo en la escena internacional con naturalidad y sentido de la responsabilidad.

Señor Presidente, a lo largo de su mandato ya ha visitado usted Alemania en tres ocasiones. Le agradecemos su interés. En el tema del cambio climático ha demostrado usted palmariamente el compromiso mexicano para superar los retos de alcance global. En mayo de 2010 inauguró usted en Alemania –en compañía de la Canciller Federal– el Diálogo de Petersberg sobre el Clima. A través de su gran empeño personal, así como también del de la Secretaria de Relaciones Exteriores y el Representante Especial para el Cambio Climático de su país, coadyuvó usted a que la Conferencia de Cancún fuera un éxito. De este modo se logró reactivar el proceso climático internacional, que había quedado estancado.

México desempeñará la presidencia de la Conferencia de las Partes hasta la conferencia de continuidad que se celebrará en la ciudad sudafricana de Durban. A este propósito Alemania le prestará todo el apoyo que esté a su alcance.

El vínculo especial existente entre nuestros dos países también se basa en valores comunes. Mexicanos y alemanes comparten la convicción de que la diversidad de una sociedad abierta y democrática a la larga ofrece mayor estabilidad que la unidad forzosa de una sociedad cerrada. Los acontecimientos a los que estamos asistiendo a lo largo de estos meses en numerosos países, precisamente en el mundo árabe, nos hacen ver a las claras cuán intenso y universal es el anhelo de libertad, participación, seguridad jurídica y bienestar.

Esta dinámica política brinda grandes oportunidades para una cooperación internacional bajo el signo de una política exterior asentada en valores. A mi entender es importante no reaccionar con actitudes de rechazo y aislamiento ante la agitación que con frecuencia lleva aparejada la transición a una sociedad abierta. Antes al contrario, la comunidad internacional debe actuar con determinación y ofrecer su apoyo a la hora de fortalecer las estructuras democráticas y del Estado de Derecho que se van abriendo paso. A tal fin deberíamos aplicar reglas internacionalmente aceptadas y velar por la consolidación de instituciones confiables, en particular en el marco de las Naciones Unidas.

El contar con instituciones sostenidas y respaldadas conjuntamente no sólo intensifica la cooperación internacional sino que la hace más fiable y duradera. He aquí una de las lecciones que ha podido extraer Alemania al hilo de la integración europea. El formidable éxito de la Unión Europea estriba en que, aun manteniendo vivos debates sobre las materias técnicas, los Estados miembros son capaces de alcanzar un equilibrio equitativo y leal entre sus intereses. Una de las claves de la legitimidad y credibilidad en el trato con los demás es que todos los Estados miembros, grandes y pequeños, actúan como iguales. Quizás estas experiencias de Europa también puedan resultarles útiles a nuestros socios de América Latina, que se han consagrado igualmente a la tarea de impulsar la integración regional.

México y Alemania tienen un interés común en que la integración de los países emergentes en la economía mundial se logre en provecho recíproco. En estos momentos ya operan en su país 1.200 empresas alemanas. En total han creado más de 120.000 puestos de trabajo. Las empresas alemanas valoran a México como un socio confiable para el comercio, la producción y la inversión. A la inversa ahora también se propicia un mayor interés de las empresas mexicanas por los mercados alemán y europeo. Me congratulo expresamente de esta iniciativa.

Actualmente nuestros dos países están negociando un acuerdo para reforzar la cooperación en el sector de la seguridad. Con ello también ponemos de relieve lo siguiente: el combate contra el crimen organizado y el tráfico ilícito de estupefacientes es un combate unido, no en último término porque también la demanda de drogas es global. La ilegalidad no debe enquistarse. El empeño común de nuestros dos países es combatirla con absoluta determinación.

Conocemos la difícil situación de México en este orden de cosas. En Alemania los informes sobre los atroces crímenes de la mafia de la droga causan consternación. Pero también vemos que estos hechos no afectan a todo el país. Alemania confía en que México logrará garantizar el orden público y la protección de los ciudadanos. Nuestro acervo de valores compartidos presupone respetar a tal fin los principios del Estado de Derecho y los derechos humanos.

Alemanes y mexicanos sienten curiosidad recíproca en muchos aspectos. 300.000 turistas alemanes descubren cada año el “México mágico” como atractivo destino vacacional. En la visita que realicé ayer a las Pirámides de Teotihuacán yo mismo quedé cautivado por la magia de la “Ciudad de los Dioses”. También en Alemania aguardan a ser descubiertos por los viajeros mexicanos extraordinarios tesoros culturales y naturales. Nuestro país merece visitarse no sólo en verano. Con mucho gusto lo demostraríamos si sale ganadora la candidatura de Múnich a los Juegos Olímpicos de Invierno 2018.

En los ámbitos cultural y científico México es uno de nuestros principales socios. No en último término los cinco colegios alemanes de México son testimonio del interés por la lengua y la cultura de Alemania: por añadidura, sus ex alumnos más distinguidos están sentados a la mesa con nosotros y forman parte del Gobierno.

El año pasado tuvieron lugar en Alemania dos extraordinarios eventos con motivo del Bicentenario de México y el vigésimo aniversario de la unidad alemana. La exposición dedicada a Teotihuacán y la retrospectiva de Frida Kahlo despertaron una expectación inusitada, congregando largas filas de visitantes ante el Martin-Gropius-Bau de Berlín; no en vano fueron vistas por más de 300.000 personas. Y en México a su vez tuvieron gran resonancia el “Túnel de la Ciencia” y la exposición industrial “Hecho en Alemania”. Durante el año en curso nuestras relaciones culturales vivirán otro momento culminante: En el mes de noviembre Alemania será el país invitado de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la mayor del mundo de lengua española. Agradecemos mucho el honor que nos dispensan con su invitación.

México está muy presente en Alemania. Este verano tendremos el gusto de dar la bienvenida entre nosotros a la selección femenina de fútbol de su país. Artistas mexicanos maravillosos como Chavela Vargas o Gael García Bernal encarnan su cultura contemporánea. La lograda simbiosis entre modernidad y tradición que caracteriza a México se me hace presente también cada vez que paso por delante del imponente edificio de su Embajada en Berlín, a escasa distancia de mi sede oficial.

Alexander von Humboldt dijo en cierta ocasión: “Inquieto y agitado, no disfruto nunca de lo acabado, solo me siento feliz emprendiendo algo nuevo.” Hago votos por que este impulso creador nos guíe a la hora de continuar acrecentando las relaciones entre nuestros dos países.

Les ruego tengan la amabilidad de alzar conmigo sus copas para brindar por la amistad germano-mexicana y la prosperidad de nuestros dos pueblos. De corazón lanzo el grito ¡Viva México, viva Alemania!